martes, 31 de agosto de 2010

Naturaleza polar de la mente.


Experimentamos el frío frente a la conciencia del calor y, éste a su vez, frente a la que tenemos frío; nos percatamos del dolor porque conocemos el placer y así con TODO. Nuestra mente solo es capaz de calificar y valorar la experiencia bajo criterios de polaridad. No es solo que una realidad tenga su opuesto, sino que la realidad existe mentalmente, se define y hasta se percibe gracias a la necesaria comparación entre opuestos. La mente necesita los opuestos para comprender. Desde la óptica de la inseparable relación en psicología entre pensamiento y lenguaje humanos, puede que los sustantivos no tengan una polaridad tan manifiesta como los adjetivos, pero en cuanto definimos, describimos y clasificamos estas entidades ( y otras como verbos, artículos y preposiciones) para poder comprenderlas, aparecen de nuevo las polaridades de la mente tomando conciencia de cada característica por comparación con otras.

De este modo, la naturaleza de la mente polar hace polar nuestra forma de aprender todo conocimiento y toda experiencia. El alcance de esta considerada ley universal es mayor de lo que pudiera parecer en un principio. Lo que un primer momento nos ayuda a orientarnos en el mundo resulta limitador al ponerlo en contacto con la experiencia, que va más allá de conceptos y categorías predefinidas.


Viñeta de Eneko.

Fuente: Artículo José Gracia lozano polaridades, naturaleza mental y psicoterapia. Y Terapia Gestalt. Francisco Peñarrubia.

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